martes, 17 de marzo de 2009

Mi vida y la radio


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En mi vida diaria influyen en mi muy diversas cosas. Haciendo un pequeño análisis puedo ver que tanto el ir a clase como las horas que debo dedicarle después al estudio es algo que me preocupa y/o me estresa, ese profesor que habla sobre unos observables que nunca he visto, espacios super guays donde funciona todo lo que dice, el mundo de las mil maravillas donde puede sostener la magnifica teoría creada por unos cuantos grandes de la física, que después debemos entender e incluso aplicarlo. Por otro lado veo mi relación entre todos aquellos a los que veo en clase, en el colegio mayor, con los que hablo por el msn; contando anécdotas, problemas de clase, problemas de la vida, hablando del tiempo, etc… También me encuentro preocupándome por aquellos amigos a los que hace tiempo que no veo y de otros tantos de los que no se nada de ellos, y de los amores, por qué no. Pero otra cosa que también me preocupa, algo que puede ser más escalofriante que todo esto y que menos podemos llegar a entender, es aquellos problemas a los que se enfrentan mis padres, y por tanto mi familia, cada día. Mi imaginación y la acción de estas cosas en mi, hacen que sólo pueda empatizar un porcentaje bastante inferior al que me gustaría.
Como saben, la mayoría que me conoce, mis padres crearon y comenzaron a llevar una radio en Málaga cuando yo apenas sabía hablar en condiciones (la primera cuña recuerdo estar grabándola con mi padre en la cocina, diciendo algo así como “perdonar si me equivoco, pero soy muy chiquitilla, acabo de nacer”, poniendo la primera voz a Radio 8).

Dependiendo de la época he vivido el trabajo de mis padres de diferentes maneras:
- Una primera etapa podría ser entre los 6 y los 12: el trabajo de mis padres era el culpable de que aún no hubiera salido de Andalucía de viaje, “mis padres no tienen vacaciones”-me defendía ante las miradas atónitas de mis compañeros. Las vacaciones más puntuales eran las que menos me gustaban, en semana santa iba con ellos corriendo detrás del macuto de mi padre y a los dos minutos ya estaba dándole por saco a mi madre para volver a casa, igual pasaba con la feria de Málaga. No era sólo ir de entrevista en entrevista, también las relaciones públicas, cada dos pasos un conocido y una charla de mínimo media hora, mis padres me explicaban –“Esto también es parte de nuestro trabajo”. Pero por otro lado tenía sus ventajas, entrar a Tivoli y al aquapark gratis, ¡Qué más puede pedir una niña!
- La segunda etapa está un poco menos clara, porque nos encontramos con muchos cambios en nuestra personalidad. Donde somos más conscientes de lo que nos rodea pero seguimos siendo egoístas, a etapas y momentos muy desiguales. La pondré de los 12 a los 17: Mis padres cierran la radio para una ampliación más, ahora se escuchará por toda Málaga de maravilla, contratan a más personal así el trabajo será más repartido, estas dos cosas implican más publicidad y más tiempo para mis padres. Soy consciente de ellos, me ilusiona, pero ¿Van a dejar a mis padres tranquilos? Una radio pirata en una punta de Málaga aparece solapando el dial de mis padres. Mi padre, hipertenso y diabético, operado en varias ocasiones, con dos cojones se pone en mitad de esa radio haciendo huelga de hambre. Después de esto, y varios cabrones más que parecen que no dejan tranquilo a la Radio ni a mis padres, me preguntaba ¿Pero no saldría más rentable intentar otro tipo de trabajo? ¿Por qué siguen insistiendo si con esta radio sólo tenemos problemas y no por ello nadamos en la abundancia?
- Una tercera etapa la pondría de los 17 a los 20, aunque también he sufrido muchos cambios, lo elijo así para resumir. Esas dos últimas preguntas que me hice, por fin las respondí y pude ver con ojos totalmente cambiados a mis padres. Esas preguntas se las hacían todos aquellos que les rodeaban y que no les entendían o no podían ver lo importante que es seguir con lo que uno cree. Ahora puedo ver lo importante de todo lo que hacen mis padres, la labor que siguen. Es una radio que tiene libertad de expresión, este sintagma que parece tan evidente en todo medio de comunicación, puedo darme cuenta que es más bien un gris oscuro en nuestros días, es una radio que lucha por aquellos que no tienen voz (ni voto) en nuestra sociedad, pero también ha poseído siempre, una programación de cultura y contra la ignorancia que muchas otras grandes cadenas ya les gustaría, y las personas más trabajadoras y sacrificadas que he visto en mi vida, luchando por lo que creen, ¿En esta sociedad esto se ve a menudo? Pero es una radio que me ha dado lo que para una hija puede ser más importante que todo esto, ha visto un ejemplo ha seguir de la verdadera honestidad y generosidad, para llevar con la cabeza alta el camino elegido.

Aún así voy a cumplir 21 años dentro de unos meses y no creo que suba de etapa, ¿Cuál sería la siguiente? Imagino, que no sólo ponerle palabras, sino poder realmente creérmelas.
Ahora se encuentran en un momento peliagudo, el mayor de todos, los incontables orcos que quieren invadir la radio no sólo no tienen escrúpulos, sino que además son tontos con poder. De esta guerra, causante de mi entrada en este blog, aún en proceso, podemos encontrar este artículo escrito por mi hermano Antonio: Réquiem por el equipo de gobierno de Cártama .