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lunes, 23 de septiembre de 2013

Buena suerte y gracias


 ¡Ya soy licenciada en Física!




 Este blog lo comencé en mi segundo año de carrera, aún me estaba adaptando a la ciudad de Granada. Hace poco comenté mis dudas de futuro y el apoyo que he tendido[1]. Hoy hago constar, que ya no soy sólo un proyecto de física, soy una física de verdad (como Pinocho al final del cuento) y además, que a pesar de todos los obstáculos, opiniones negativas y mis notas mediocres, voy camino de conseguir lo que buscaba. Este año es de nuevo, uno de cambios, de adaptación a la independencia y empezar mis primeros pasos en la investigación.

 Mucho ánimo a todos aquellos que dudáis de vuestras posibilidades, las cosas son posibles con la buena suerte[2], la suerte que se busca.

 En este momento me apetece agradecer cosas. No se por qué, puede ser por las buenas noticias, o puede ser porque un amigo me ha puesto en los agradecimiento de su proyecto de fin de carrera, y como en física no hay de eso, me haya sentido, además de honrada, algo envidiosa por tener ese hueco al terminar su ingeniería.

 Dar las gracias puede convertirse en algo interminable, o que al final acabe en el origen de todo, así que gracias a mis padres por darme la vida. Pero quiero que sea algo más, y para centrarnos, me centraré en este año y esas personas claves.

 Mi familia, primos, tíos, me apoyan, mi madre me soporta y me comprende, mi padre espera lo mejor valorando incluso lo peor, mi hermana vive mis alegrías y tristezas, mis hermanos me escuchan, me enseñan, me ayudan a crecer. Mi abuela me muestra como se puede vivir una vida feliz, dando felicidad e importancia a lo que se debe. Es increíble tenerlos y lo incondicional que es su amor, siempre he sido consciente de la suerte que tengo.

 Este año además he tenido una encrucijada interna y externa, búsqueda de un futuro[3], y he vivido en una ciudad casi vacía de las personas con las que empecé en su día a vivirla. Pero he tenido la confianza, el respeto y la generosidad de amigos como Jose Luis, esa maravillosa persona que me enseña a ser más modesta, porque a pesar de lo buena que me dice que soy, él es mucho mejor. De Santi, con el que me he sentido tan identificada, ayudándonos mutuamente y que me ayuda a no olvidar ciertas visiones de la realidad.

Mis amigos más cercanos, que han estado a kilómetros de distancia este año. Migue, dando siempre ese ánimo al estudio y a seguir a delante. Pedro, con su incomprensible cualidad para saber en cada momento que decirme, escuchar, entenderme, y saber que consejo darme o no darme.

Aquellos que están en mi ciudad natal, que da igual cuantos años pasen, por ahora unos diez, pero que siempre podré contar con ellos y tener ese vínculo especial. Javi con su franqueza que solo la experiencia de los años de amistad pueden dar. Cristina, siendo de las pocas chicas que pueden conquistar mi corazón, para esa amistad que permite pedir de rodillas romearse[4] con una (xD). Pablo, que es Pablo, aunque pasen años sin vernos siempre podremos llamarnos y decir: Cómo mola Pablo, Pablo mola mucho.

Víctor y Paco , que están al otro lado del teléfono, del facebook o lo que pillemos, para quejarnos del sistema, contarnos nuestros planes para conquistar el mundo o simplemente decir tonterías con gracia.

Esas personas inesperadas que llenan tu año. Guillermo, haciendo mi rutina más divertida. Hiroshi, siendo un gran vecino y mejor persona. Paolo, con su ayuda que ni en varias vidas podría pagárselas, al que debo, en gran medida, mi futuro a partir de ahora. Francisco, otro de los que debo parte de mi futuro, además de más de una carcajada o sonrisa en momentos de necesidad. Antonio B. con su postura imponente que cuando te valora, te lo crees y te da ese empujón para seguir adelante, incluso una colleja dialéctica si es necesario.

Por supuesto, los nuevos de este curso, que me han abierto sus brazos en la ciudad de Córdoba, como Dave, Belén, Paco, Mari Cruz, sus familias y amigos, con los que es fácil sentirse una más.

Los compañeros de este último sprint, acompañantes de bibliotecas, que han hecho mi jornada de estudio menos pesada, Rebeca, Antonio S. y Ángela.

Y con mención especial a Jesús, invitándome a la aventura, mostrándome una forma diferente de caminar (sentido literal y figurado), valorándome más de lo que esperaba. Que ha tenido que aguantar mis cambios de ánimos, mis miedos racionales o irracionales, y que por ahora sufrirá también a donde me lleven los nuevos muros que pueda cruzar[5].

     ¡Muchas gracias a TODOS, los nombrados y los no nombrados, sois todos geniales!



[2] La buena suerte
[1],[3],[5] ¿Y ahora qué?
[4] Definición de romearse: Ir a Roma a ver a un amigo jesuita.

viernes, 10 de junio de 2011

Interrelación física y filosofía


     Desde que empecé a distinguir las asignaturas del colegio por sus diferentes ramas, la física y la filosofía han sido de mis preferidas. Curiosamente, no soy la única estudiante de física que se ha planteado en algún momento tirar por el camino de la filosofía. Como prueba existe la asignatura de libre configuración dada por una profesora del departamento de Física nuclear, atómica y molecular, llamada “Fundamentos de física cuántica, aspectos históricos y filosóficos”, en donde tuve que escribir el comentario que sigue sobre la Interrelación entre física y filosofía.

     En numerosas ocasiones se cuentan las veces que la filosofía se ha inmiscuido en la física, y viceversa. En mi opinión, esto es algo inevitable y productivo. A mucha gente que da todo su apoyo a la ciencia le molesta que la filosofía pueda servir para algo, pues sólo son "juegos lógicos" o "palabrería", cuando creo que esta es la que nos ayuda a llevar la física a un terreno con sentido para nosotros, y no sea pura matemática abstracta.  

     No creo que con el paso de los años la física haya roto tanto con la filosofía, diría que sólo se ha definido de un modo más cerrado, siendo física aquella parte de filosofía que sigue un método científico, que puede ser falsable y tenga un lenguaje matemático que la haga precisa.

     Cuando estudiamos cualquier parte de la física, esta tiene un formalismo matemático, una interpretación y una experimentación. Si la interpretación es puramente matemática no tendremos suficientes datos que nos respondan a la curiosidad que intentamos satisfacer, y no dispondremos de las herramientas para llevar a cabo los experimentos necesarios para corroborarlo.

      La experimentación cada vez es más abstracta, nuestros aparatos de medida deben obedecer las leyes que intentamos probar, en la mecánica cuántica, por ejemplo, perdemos ese toque “intuitivo” con el que si trabajaban anteriormente, nos alejamos a una realidad cada vez más compleja. Somos hijos de nuestras circunstancias y no podemos ser totalmente objetivos, aunque esa sea nuestra meta. Al igual que la mecánica cuántica debe contar con todo el sistema incluido el de medida, en una generalidad universal, nos pasa exactamente lo mismo, no nos podemos colocar fuera del sistema, del mundo, del mismo modo que no podremos encontrar un sistema de referencia completamente inercial.

      Con esto, no defiendo que la filosofía pueda dar soluciones a la física o al revés. Creo que son ámbitos de estudio diferentes y ligados. Que la mecánica cuántica llegue a la afirmación de “el electrón no está ni en ½ ni en – ½ , hasta no ser medido”, no implica que la Luna no esté allí si nadie la mira, al igual que no tiene sentido desde la física demostrar la inexistencia de conceptos como la esencia o el ser.

      Para mi la filosofía lo que si puede dar es el primer toque racional de cómo ocurren las cosas con el susodicho paso matemático/físico. Con un sinsentido, si intentara hacer afirmaciones “científicas” sin ese paso esencial, pues nos encontraríamos con los prejuicios que tan difícilmente nos hemos ido quitando (tiempo absoluto, determinismo clásico, etc.