domingo, 5 de octubre de 2008

Otra vez he soñado contigo


¿Cómo hacer que el sueño no se desvanezca? ¿Cómo esperar que tu pecho no se convirtiera en la fría almohada?


Estando entre la vigilia y el sueño, sin poder distinguir qué era real y qué era ficticio, producto de mis deseos, te sentía a mi lado, tu respiración, tus latidos, tu mano acariciando mi espalda, mi cabeza apoyada en tu pecho, deseando entre sueños que no se acabara ese momento, momento irreal que creaba en mí, paz y felicidad. Poco a poco mis sentidos me iban diciendo que era la hora de despertar, pero en ocasiones la evidencia y lo que quieres no se corresponden y prefieres luchar para no ver la mentira o el sueño. De la misma manera yo luchaba para conseguir un ratito más de mi sueño, luchando con mi cuerpo para que no se moviera, no hiciera ningún sonido, ni advirtiera nada del exterior que diera evidencias de mi derrota. Pero siempre hay que despertar, un pequeño ruido de la habitación de al lado, un rayo que pasaba entre la rendija de mi ventana y, por muy bien cerrados que tuviera los ojos, los otros sentidos estaban en ebullición, captando todo lo que me rodeaba, sin sutilezas ni tacto, la cálida estancia del sueño se había transformado en el frío de la mañana, la almohada áspera, una cama vacía, y un despertador apunto de sonar. Me enfrascaba con la almohada, intentaba recordar e imaginar todo lo que podía del sueño, estar otra vez contigo, convenciéndome de que si volvía a un instante antes de despertar conseguiría no perderte. Pero el despertador terminó por sonar, mis ojos se dieron por vencido, completamente consciente de la hora, di un brinco para salir de la cama y enfrentarme a otro día que me esperaba –Esta lucha es la verdaderamente difícil-.



Otra vez he soñado contigo. Esta vez intenté tener más cuidado, buscando el medio para que el ganador entre el sueño y la realidad fuera elegido por mi. En el momento que me percaté de mi inconsciencia, de tu inexistencia, abrí los ojos, di el brinco antes de que el despertador sonara, me acerqué al ordenador y te escribí.