sábado, 23 de febrero de 2008

Conocernos y conocer

Es difícil saber como es uno mismo, al igual que nunca se llega a conocer a una persona perfectamente, con la diferencia que para conocerse uno mismo hay un punto a favor, siempre se está con uno mismo, y otro en contra, estamos con nosotros en todas y cada una de las situaciones de nuestra vida, y no sólo se incluyen en nuestro propio conocimiento, hechos y palabras, sino también pensamientos, discusiones interiores, divagaciones, correlaciones, hasta llegar a la palabra o acción que elegimos…


Cuando llegas al punto de decir “conozco a esta persona”, no tienes tantas variables, la conoces por sus actos, palabras, e incluso dudas, pero siempre habrá una parte que aunque quiera no podrá explicar, o enseñar. Incluso hay circunstancias que te pierdes y que si en un momento dado coincidís en ella te sorprenderá… La “conoces” por su decisión final, casi siempre.



En uno mismo es como si hubiera varias personalidades, que se enfrentan en cada paso, llamadas comúnmente como conciencia, nos podemos imaginar fácilmente la imagen, del ángel y del demonio de nosotros típicos de las películas o dibujitos animados, pero la mayoría de las veces no tienen unos matices tan diferenciarbles, ni son sólo dos.



Uno mismo se puede definir con cualidades y defectos, pero esas cualidades y defectos no siempre son tales, depende de muchas variables. Por ejemplo, me considero fiable, pero un día me la cuelan y meto la pata y cuento algo que no debería… Dejas de ser de fiar para convertirte en “bocazas”. O, soy generosa, pueden contar conmigo para lo que quieran, pero después no estoy en mi casa para fregar los platos. O en contrapartida, por exceso de una virtud esta se convierte en defecto.



¿Es por esto por lo que puede resulta tan difícil definir con palabras a una persona (tu u otros)? ¿Es por ello por lo que las definiciones de personas suenan todas tan típicas? (“es buena gente, simpático, gracioso, se puede hablar bien con él/ella…”)



Dicen que primero dices que conoces a alguien cuando sabes sus aficiones, comidas favoritas, música que escucha, entonces es cuando puedes describir a la persona como “divertido”, “simpático”, “buena gente” … Después te das cuenta que no, que no es “divertido” por las chorradas que cuenta, sino, es divertido porque siempre te está intentando hacer reír, por esa ocasión en la que te ayudó a despejarte cuando te vio mal… entonces ya vas definiéndole por actos concretos… Incluso creo que hay un tercer escalón, en el que su descripción es totalmente absurda, simplemente “sabes que va a hacer”.